En reunión conjunta, las comisiones de Ambiente y Recursos Hídricos; Economía, Energía, Minería e Industria, y de Obras Públicas, Urbanismo y Vivienda, recibieron al superintendente General de Irrigación, Sergio Marinelli, para dialogar sobre el vertido de efluentes cloacales de AySAM en Los Corralitos, Guaymallén.
Marinelli enfatizó la importancia de un diagnóstico exhaustivo y participativo sobre la situación hídrica en la provincia, especialmente en la cuenca del río Mendoza, la más presionada por la densidad poblacional. Por ello se busca generar un Plan Hídrico a largo plazo con una política de Estado que sea garantizada por la Legislatura y que involucre a diversos actores, como los sectores económicos organizados, intendentes y legisladores. Este Plan se sometería a revisión cada cinco años, permitiendo mejoras y cambios.
El titular de Irrigación, destacó que el mayor problema ambiental en Mendoza son los vuelcos cloacales, pese a que en los últimos diez años se han realizado más inversiones que en los últimos 30. “A pesar de que se están realizando obras, existe una falta de inversión histórica en infraestructura y en el mantenimiento de las plantas de tratamiento. Es crucial determinar cómo se utilizarán los líquidos tratados, ya que no existe una Ley específica sobre la calidad del agua en Mendoza”, algo que está previsto en el Código de Aguas, “que aborda precisamente la calidad del agua en Mendoza”.
Uno de los puntos críticos que mencionó es la zona de Corralitos, indicando que “un estudio reciente de 2023 identificó a Corralitos como una de las zonas con mayor fragilidad ambiental”, señalando a la vez problemas como la falta de saneamiento, la mala organización del riego con uso de agua potable para regadío y los numerosos vuelcos clandestinos.
Detalló que en Corralitos, se produjo “un incidente donde un colector cloacal de Luján, Godoy Cruz y Maipú, que transporta un caudal significativo colapsó”, provocando una obstrucción en el colector y afectando la boca de registro. “Para poder trabajar, aguas arriba de ese colector, en el canal Pescara, AySAM vuelca en los horarios pico (desde el mediodía hasta la tarde) 300 litros por segundo, que le sacan a un caño que trae mucha más agua, para poder trabajar en la zona. ¿Cuál era la alternativa a eso? Hacer un bypass en el lugar”, dijo el funcionario, “que no pudo hacerse porque la cantidad de líquidos lo hacía difícil y costaba conseguir una bomba adecuada”. Ahora, continuó, “llegaron dos que permiten bombear 700 litros por segundo y eso evitará volcar al Pescara”.
“Esa zona, en particular, tiene una fragilidad especial, está estudiada como una zona más frágil de la provincia, porque tiene vuelcos indeseados y clandestinos. Problemas de rotura de colectores locales, aguas que surgen, porque es una zona de vertientes. La mayoría son derechos eventuales y de desagüe. Hay solamente 80 hectáreas con derecho definitivo”, indicó.
Marinelli aclaró que desde el Departamento General de Irrigación, a través de su Dirección de Gestión Ambiental del Agua, “no solo se enfoca en la distribución, sino también en la gestión ambiental del recurso. La información sobre la calidad del agua debe ser pública y transparente”.
Propuso, el funcionario, que “los usuarios organizados realicen inspecciones de cauce, participen en el control de los vuelcos clandestinos en los canales” y subrayó, además, la necesidad de realizar un “diagnóstico profundo y un plan hídrico integral y participativo para Mendoza, con énfasis en la problemática de los vuelcos cloacales y la contaminación del acuífero. Se busca una gestión más transparente y ambientalmente consciente del agua, involucrando a la ciudadanía en el control”.
Asimismo, indicó que una situación así “puede volver a pasar, porque tenemos un sistema, que por falta de inversión, más allá de que en los últimos 10 años se ha hecho una inversión que en la actualidad llega a 250 millones de dólares, y a futuro, entre agua y saneamiento, se está proyectando gastar 400 millones más, en lo que viene, en los próximos 10 años, esto no quita que la inversión necesaria sea mucho mayor, y que la situación, permanentemente, se vaya agravando, por la rotura de colectores, o por los problemas de agua, que también están rotas cañerías”.
En esa línea, afirmó que “estamos trabajando en los proyectos ejecutivos para poder hacer las obras necesarias, la mejora en la conducción, en el plan de concentración y de manejo de los productores. Estamos trabajando con el INTA en determinar cómo afecta esa agua específicamente al producto. Estamos yendo a la producción, a analizar la producción y ver de qué manera incide esa calidad líquida para poder ampliar y garantizar mediante cultivos que son todos de chacra, de huerta, que no hay ningún tipo de afectación a la salud”.
En ese sentido, señaló que esta situación fue una "eventualidad" y que “a pesar de la complejidad del sistema, no generó problemas graves de salud ni denuncias de productores”.
“No ha habido ninguna denuncia, ningún reclamo de ningún productor, ni a los municipios, ni a AYSAM, ni a Irrigación, ni al Gobierno. Y, por otro lado, el sistema de salud está muy monitoreado por el Ministerio y también por el municipio de Guaymallén, que es la zona un poco impactada, y no ha habido ningún tipo de incremento en cuanto a la problemática propia de cuando hay una situación como la que se describe”, subrayó.
Además, dijo que “existe un sistema de monitoreo y coordinación entre diferentes ministerios y el municipio para abordar estas situaciones” y que “se está trabajando en un plan para identificar y ejecutar obras, como el mejoramiento del colector, buscando financiamiento con recursos propios y ahorros”.